Uno de los principales argumentos que se encuentran en debate a propósito del Colisionador de Hadrones es la posibilidad de crear catástrofes que lleven a la humanidad a un verdadero desastre de proporciones inimaginables.
Aunque posteriormente hablaremos de estos controvertidos problemas, en esta ocasión quisiera abordar el tema de cómo maneja la información cada una de las partes en cuestión. Es necesario aclarar desde este momento que la ninguna institución se ha pronunciado en contra del LHC hasta este momento, a pesar de los grandes riesgos que conlleva una máquina de este tamaño. Sólo una personalidad, de la que ya hemos hablado, ha tenido la capacidad de pronunciarse en contra de ciertos postulados (no las prácticas) que busca confirmar o refutar el experimento.
En este caso, es a través de medios subalternos y del comentario que se hacen la gran mayoría de las especulaciones al respecto del LHC por lo que comentamos en el párrafo anterior; sin embargo, la fuerza de resonancia que han cobrado éstos ha provocado que los mismos científicos del CERN publiquen en su página de internet, las refutaciones a los problemas que pueden surgir con las colisiones subatómicas.
Hoyos negros, los Strangelets, la fusión fuera de control de la materia, la creación de monopolos magnéticos son apenas algunos de los temas de mayor controversia. Para cada uno de estos postulados que genera la comunidad científica (y no científica) en el anonimato hay una refutación minimalizando el problema en general.
También es necesario mencionar que al paso en que se acercan más y más las fechas en que el Colisionador realizará sus pruebas, la histeria comienza a tomar forma y fuerza. En la India se registró el caso de una chica que se suicidó por que supuso que el mundo se acabaría cuando la Máquina de Dios se pusiera en funcionamiento. ¿Hasta dónde puede llegar el fanatismo y el miedo al conocimiento?
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