En la edición número 1740 de Proceso, aparece un rema muy interesante: Fernando Gómez Mont renunció a un partido del cual no era militante. El hecho:“Fernando Gómez Mont Urueta, quien se alejó de la vida partidista en 1996 –a partir de que sus correligionarios manifestaron su molestia por el hecho de que él fungía como asesor de Ernesto Zedillo y Carlos Salinas–, nunca se reafilió al PAN y por eso no aparece en ese padrón registrado ante el IFE y vigente al menos hasta diciembre de 2007”. (Delgado, Proceso: 7) Pero el drama no acaba ahí, casualmente… “Fernando Gómez Mont Urueta apareció en el Registro Nacional de Miembros (RNM) del PAN como miembro activo y con fecha de alta del 9 de septiembre de 2003, es decir, con cinco años tres meses de militancia” (Ídem.), ya que para ser integrante del Consejo Nacional –máximo órgano de dirección del PAN– se requieren por lo menos cinco años de ejercicio en él. ¿Esto qué nos puede decir? Primero. Este es un rema que está revelando información novedosa y controversial; por tanto, puede convertirse en tema. Segundo. Con estos pequeños detallitos, el PAN está desmoronando su credibilidad y viabilidad como partido a partir de que el decir y el hacer no tienen coherencia alguna y, por si fuera poco, no está cumpliendo con el fin de denotar una unidad como partido en un sexenio en el cual el presidente Felipe Calderón ha realizado por lo menos 10 cambios en su gabinete presidencial en los cuatro años que lleva de gobierno: Comunicaciones y Transportes.- Luis Téllez por Juan Molinar Horcasitas; Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.- Sergio Vela por Consuelo Sáizar Guerrero; Secretaría de Gobernación.- Francisco Ramírez Acuña por Juan Camilo Mouriño y después por Fernando Gómez Mont; Secretaría de Hacienda y Crédito Público.- Agustín Cárstens por Ernesto Cordero; Secretaría de Educación Pública.- Josefina Vázquez Mota por Alonso Lujambio; y la más reciente: Secretaría de Turismo.- Rodolfo Elizondo Torres por Gloria Guevara Manzo, por sólo mencionar algunos. A la ciudadanía se le comunica el cambio, mas no el por qué. Tercero. Si en la Ciencia Política las estrategias para acceder a los fines carecen de toda moral, ¿por qué deberían de seguirla nuestros políticos? Gómez Mont, César Nava y Germán Martínez lo saben perfectamente. Cuarto. Cualquiera que tenga más poder se le impondrá ante el otro: No es de extrañarse que exista una manipulación dentro de los círculos de poder pues éstos van a seguir prevaleciendo ahí mientras lo tengan y los demás no.
El cómo:
“Medio año después, el 19 de agosto de 2008, Gómez Mont Urueta apareció repentinamente, en la cúpula del PAN: (Germán) Martínez lo invitó al CEN, en sustitución de Javier Corral, y ese mismo año, el 6 de diciembre, propuso su incorporación al Consejo Nacional, en relevo del difunto Juan Camilo Mouriño, a quien también reemplazó en la Secretaría de Gobernación”. (Ídem.)
REFERENCIA:
-Delgado, Álvaro. “El gobierno y su partido, atrapados en su doble moral”, en Proceso (1740). Semana del 7 de marzo de 2010, p. 6-12.
miércoles, 17 de marzo de 2010
El drama y los chanchullos de Gómez Mont
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