Las respuestas inverosímiles del Caso Paulette y las acciones presentadas en torno a la desaparición, que ahora ya es clasificada como secuestro, del Jefe Diego son los temas recurrentes en la publicación de los números correspondientes a la semana pasada en el periódico La Jornada.
Siendo uno de los más importantes, el abordado por la editorial del Lunes 24 de mayo, en el cual se aborda el gran vacío informativo y de investigación que tienen las Procuraduría General de la República y la del estado de México frente a los recientes casos de la muerte de Paulette Gebara Farah y de la desaparición de Diego Fernández de Cevallos.
Por un lado se tiene, como bien menciona Javier Jiménez Espriú en su columna del 27/05/2010, la incapacidad de las autoridades “competentes”, que en primer instancia era la PGEM, para abordar el problema y tácitamente la incompetencia de la multitud de gentes y agentes que inspeccionaron minuciosa y vanamente la recámara de la pequeña Paulette sin encontrar rastro alguno; investigación que, dos meses más tarde, sería finiquitada mediante la declaración del ex procurador mexiquense, Alberto Bazbaz, quien concluyera el hecho como una muerte accidental.
Por otro lado se tiene, referente al caso del Don Diego, la declaración de la PGR en la que da a conocer el abandono a la investigación de la desaparición, debido a un pronunciamiento de la familia Fernández de Cevallos. De tal forma que se justificaó bajo la siguiente argumentación: “respetando la voluntad de la familia (de El jefe Diego), esta dependencia, consciente de cuál es el bien que se debe privilegiar, hace del conocimiento de la opinión pública que ha decidido suspender las investigaciones”.
Estos dos ejemplos, son apenas una pequeña muestra de la incapacidad y poca fiabilidad que la sociedad en general puede tener respecto a las instituciones que supuestamente se deben de la procuración e impartición de justicia en México encargar, y a las cuales se les ha hecho una fuerte crítica en diversos textos y publicaciones pertenecientes al periódico La Jornada, así como otros medios de comunicación.
Muy apegada a su línea y a su estilo de periodismo, dicho diario muestra no sólo su inconformidad, sino también las incoherencias en tales casos, cuestión no siempre abordada por otras publicaciones de tiraje similar, como son los casos de las columnas Paulette, del antes mencionado Javier Jiménez, o bien El Silencio, de Luis Javier Garrido. Así como la información en sus diversas notas.
Fuente
• La Jornada. Carmen Lira Saade. Año 26. Distrito Federal. Semana del 24-30 de mayo de 2010.
lunes, 31 de mayo de 2010
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