Entre la tinta y el píxel: los libreros vs. Google

Hace unas semanas -aunque sea desde hace un par de años- se desató la polémica entre el gigante Google y los representantes de las empresas editoriales, europeos más importantes. Todo ello, debibo a la capacidad que Google había desarrollado al digitalizar una serie de libros. El problema consiste, principalmente, en que estos libros aún están en venta en Europa y los derechos no han sido vendidos en Estados Unidos. Afectando directamente al negocio de los libros.

Este negocio gira en las repercusiones que tienen sobre los autores y los editores, al momento en el que su obra ha sido publicada por Google Books; aún cuando este libro a penas está en Europa y limita la posibilidad de vender los derechos en otros países. La empresa editorial se encuentra en un debate entre el poder de fácil acceso a un libro; y la capacidad de recibir beneficios sobre el trabajo.



Google pone al alcance de todos la versión digital de miles de libros. “El derecho de digitalizar un libro, en última instancia, reside en el editor,” explica Bernard Gerard en nombre de los libreros belgas, “no debería publicarse en línea ningún libro sin un acuerdo previo con el editor. Si esto no se cumple, se trata claramente de una infracción.”



Esto es lo que sucede. La propiedad intelectual residen en el autor y su editor. Google al poner en versión digital esta propiedad sin un permiso o una cesión de derechos previo, rompe con la legislación. Sin embargo Google pugna, bajo esta premisa: Si eres estudiante y sólo quieres leer un capítulo, como suele ser el caso, es mucho más simple buscarlo on-line. No tienes que perder una enormidad de tiempo buscando en una biblioteca,” afirma Dan Clancy, de Google Ebooks Enginner.

Pero la cosa está en el hecho de si Google incurre al delito de piratería.