Por Mariel Medina Lugo
La palabra emigrar genera la expectativa de un cambio, ya en el aspecto económico, político o social. O porque se tiene la idea de que ir a otros lugares mejorará la condición de vida.
Y cómo no creer que en otros sitios se alcanza un futuro prometedor, al menos económicamente, si las remesas de mexicanos que radican en otras naciones suman la segunda parte más importante en cuanto a entradas de divisas en México.
La migración es un fenómeno en parte económico, pues la necesidad de tener empleo y de generar ingresos logra que las personas recurran al traslado de un lugar a otro en busca de mejores oportunidades. Y de igual forma ésta puede llevarse a cabo si la mayoría de los parientes se asentó en aquél país y existe la necesidad de reunirse.
La mayoría de las veces se atiende este tema tomando en cuenta sólo a mujeres y hombres, y se deja de lado la situación que viven los infantes. Ellos también forman parte significativa de los movimientos migratorios de México. En este caso Estados Unidos de América es una de las opciones más “viables” para encontrar trabajo, y ello atrae a los niños mexicanos a sus fronteras.
Datos del Instituto Nacional de Migración señalan que en 2009 más de 24, 000 niños y adolescentes fueron deportados por el país vecino. La mayoría pertenecientes a estados de la República Mexicana entre los que figuran: Guanajuato, Michoacán, Zacatecas.
Aunque los niños van en busca del “sueño americano”, estos aún pequeños e ingenuos, olvidan que viajar en condiciones ilegales, haciéndolos presa fácil del secuestro, la explotación sexual y los trabajos forzados.
En el mejor de los casos podrían ser repatriados, pero en dicha situación los niños desconocen sus derechos, además de que el idioma representa una barrera muy grande entre las dos nacionalidades.
Cuando se realizan estas repatriaciones por parte de otros países institutos como el INM (Instito Nacional de Migración) tiene como misión el desarrollo nacional a través de una correcta gestión para que las personas puedan emigrar dignamente, con la garantía de respetar sus derechos humanos.
El tema de la migración infantil entraña tópicos políticos, sociales, históricos, económicos y por supuesto culturales, que conjugan tradiciones, necesidades, desigualdades, y el hambre.
Fuentes
http://www.inm.gob.mx/index.php?page/Menu_Quienes_Somos
http://www.puec.unam.mx/PONENCIAS_IGLOM/III_migracion_internacional_y_regiones_transfronterizas/mesaIII_ponencia2.pdf
http://www.dif.df.gob.mx/dif/index.php
miércoles, 3 de marzo de 2010
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