A 20 horas de haberse reportado la desaparición del ex senador Diego Fernández de Cevallos, Diario Reforma da seguimiento a la escasa información que se encuentra disponible. Bajo en cabezado de “Mueven gabinete en busca de Diego”, se confirma que la sangre encontrada en la camioneta del “jefe” coincide con el tipo de sangre de éste.
Un día antes, llegaron a Querétaro el titular de la PGR, Arturo Chávez y el secretario de gobernación Fernando Gómez Mont a las reuniones que mantenía el gabinete de seguridad estatal con federales en la 17 Zona militar, que comanda el general Uribe Toledo Sibaja.
La pregunta es ¿A qué se debe tanto movimiento? Sea porque el gobierno mexicano se ha puesto a temblar terriblemente ante la posibilidad de convertirse en blanco del narco o cualquier otro grupo organizado con los fines que sean.
El caso es que, en este momento, ni los personajes más importantes de la política nacional se encuentran fuera de peligro. Se les puede considerar como blancos fáciles, más allá de que Diego Fernández no se hiciera acompañar nunca por un grupo de seguridad privado.
Quizá, cierramente, la verdadera pregunta tenga que ver con ¿ quién o qué grupo se interesaría por la libertad del ex candidato a la presidencia del PAN en 1994, sin pedir aún ningún tipo de trato económico con los familiares? La situación se vuelve aún más caótica en un contexto en el que la Policía Federal y el Ejercito Mexicano han demostrado con creces su incapacidad para apresar a maleantes, capos o sicarios.
Ya se verá cómo aunque la información nueva sea poca o nula los medios seguirán dirigiendo sus reflectores a este importante caso.
Un día antes, llegaron a Querétaro el titular de la PGR, Arturo Chávez y el secretario de gobernación Fernando Gómez Mont a las reuniones que mantenía el gabinete de seguridad estatal con federales en la 17 Zona militar, que comanda el general Uribe Toledo Sibaja.
La pregunta es ¿A qué se debe tanto movimiento? Sea porque el gobierno mexicano se ha puesto a temblar terriblemente ante la posibilidad de convertirse en blanco del narco o cualquier otro grupo organizado con los fines que sean.
El caso es que, en este momento, ni los personajes más importantes de la política nacional se encuentran fuera de peligro. Se les puede considerar como blancos fáciles, más allá de que Diego Fernández no se hiciera acompañar nunca por un grupo de seguridad privado.
Quizá, cierramente, la verdadera pregunta tenga que ver con ¿ quién o qué grupo se interesaría por la libertad del ex candidato a la presidencia del PAN en 1994, sin pedir aún ningún tipo de trato económico con los familiares? La situación se vuelve aún más caótica en un contexto en el que la Policía Federal y el Ejercito Mexicano han demostrado con creces su incapacidad para apresar a maleantes, capos o sicarios.
Ya se verá cómo aunque la información nueva sea poca o nula los medios seguirán dirigiendo sus reflectores a este importante caso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario