El pasado domingo, Ricardo Alemán, en Itinerario Político, habló sobre la posibilidad que tiene el PRI de ganar ocho de las 12 entidades donde habrá elecciones. ¿Cuál es el mayor riesgo para el partido de la Revolución? Perder el estado de Oaxaca donde Ulises Ruiz ha hecho un lugar de masacres y torturas. Es el estado donde más se perfile para perder, y aunque Alemán no lo dice porque se la pasa hablando del conflicto Paredes-Beltrones, sabe que los oaxacaqueños desean que Ruiz salga de una vez por todas del gobierno. Gabino Cué es quien se perfila como la próxima persona a dirigir el estado del sur donde la gente ha vivido en una anarquía impulsada por el propio PRI.
El día lunes Ricardo Alemán escribió lo siguiente: “…lo cierto es que López Obrador está muerto para 2012. Por cada voto a favor, hoy convoca tres en contra. Y en julio de 2012 podrían ser cuatro en contra”. No menciona por qué está tan seguro ni cómo lo sustenta. Lo cierto es que AMLO ha ayudado, en forma directa o indirecta, a desbancar la imagen del PAN. Los primeros spots de López Obrador fueron contra Felipe Calderón, después contra todos lo gobernantes por igual (sin mencionar específicamente el PRI) y, al final, recordar al “pueblo” que ellos tienen el poder. Entonces, las posibilidades de triunfo de AMLO para el 2012 deberían ser vistas como las posibilidades de triunfo que, en general tiene la izquierda en nuestro país, es decir, nulas posibilidades de ganar.
El martes habló de la situación de crisis en que se encuentra el PAN en Aguascalientes. Este ejemplo lo puso como uno de siete estados donde el “gobierno del cambio” –dice Alemán- resultó peor que el PRI. Los gobernadores blanquiazules promovieron desde el sexenio de Fox la corrupción gubernamental. Permitieron los círculos de poder en forma más descarada que como lo ejercía el PRI y, por esto y más, ha regresado el poder al corrupto PRI para las elecciones de julio próximo.
De esta forma, Ricardo Alemán analiza bien algunas partes de sus columnas a partir de un recuento histórico como el caso del PAN y pierde profundidad con la postura hacia el PRD. Los prejuicios hacia AMLO lo llevaron a decir que “está muerto”; sin embargo, su función ha sido fundamental para el PRI.
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