En su portal de internet, el periódico Milenio, en entrevista con Elda Luyano López, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México, destaca que el aumento de la temperatura en el Distrito Federal, así como las cada vez más abundantes lluvias, responden sobre todo a las alteraciones que el hombre ha propiciado en el paisaje natural, sobre todo a la desaparición de lagos y degradación del terreno.
Mas el DF dentro de sí sufre notables variedades de climas, es decir, la ciudad registra temperaturas diferentes dependiendo del punto de localización, en dónde ya no es tan importante las condiciones de erosión de los terrenos sobre los que se yace, sino la infraestructura y los materiales de construcción.
El problema recae principalmente en el centro de la ciudad, en las que los materiales de las construcciones, que datan de hace varios siglos en algunos casos, provocan la absorción del calor y retardan la expulsión del mismo.
Aunado a los materiales, el aumento constante de la población urbana ha llevado a que las ciudades sean más un resultado de la urbanización del campo, lo cual acorta considerablemente las extensiones de áreas verdes encargadas de ser los pulmones de las aglomeradas ciudades.
La especialista no señala que la opción sea derribar las viejas construcciones y sustituir los materiales, pues es una opción adecuada pero poco viable, por lo que considera que la opción más acertada es implementar aéreas verdes en las casas para disminuir las temperaturas.
En la nota la relevancia recae en la producción de las islas de calor, que son una especie de banco de aire cálido aglomerado en un punto específico, que es diferente a la ola de calor, sobre todo por sus consecuencias para salud que son mínimas en comparación con ésta última.
Sin embargo se dejan de lado dos tópicos interesantes, por un lado el uso de materiales de construcción en la periferia de la ciudad, la cual sólo se menciona por su menor temperatura respecto al centro, y por otra parte la disminución de las áreas verdes no sólo en cuanto a la sobre urbanización de los alrededores de la ciudad, sino n también a las medidas que las autoridades correspondientes deben tomar al respecto para este hecho que acarrea serias consecuencias a la salud no sólo del país, sino del planeta. La especialista sólo recomienda macetas en los balcones y jardines en las azoteas.
1 comentario:
Las altas temperaturas son evidencia clara del cambio climático que sucede en México y en todo el mundo. Los ecologistas hacen sugerencias acerca de cómo mejorar el ambiente, pero pocas veces les hacemos caso. En una gran ciudad, las acciones son más complicadas y, por ejemplo, en lugar de viajar en transporte público, las personas adquieren más automóviles. Por eso mover las masetas del patio a la terraza, es una forma de ayudar al bosque de Chapultepec en la creación de ‘pulmones’ en la capital.
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