Creación de agujeros negros microscópicos. primera parte

La CERN plantea la posibilidad de que, a través de la colisión de partículas, se genere materia nueva (tal vez los elementos que aún faltan en la tabla periódica) y a su vez la llamada antimateria. Este término es tan difícil de explicar como de comprender, pero sencillamente diremos que es todo lo que no es materia, la “nada” propiamente dicho, pero que funciona como un cuerpo. Un ejemplo de esto son los Agujeros Negros y Hoyos Negros, los cuáles el Dr. Xavier Hernández, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM los define como “un cuerpo tan denso y tan masivo que traga y atrae todo lo que está a su alrededor y del que sólo pueden escapar cuerpos que viajen a la velocidad de la luz (300,000 kms por segundo) que es la velocidad máxima en nuestro universo.
Estos cuerpos son capaces de devorar todo a su paso debido a que su gran concentración de masa, hace que atraiga mayor cantidad de ésta. A propósito de este tema, Stephen Hawking recientemente ha sido consultado sobre el tema debido a que sus estudios en astrofísica lo hacen, probablemente, el hombre más inteligente del mundo. Imaginemos dos embudos que se contraponen por la parte más estrecha, dejando los conos en dirección opuesta. Éste sería el modelo gráfico más conveniente para ilustrar un hoyo negro; sin embargo nosotros solamente somos capaces de ver uno solo de los embudos, el otro se encuentra inmerso en el espacio y el tiempo que no son determinados.
Debido a que la luz es lo único que escapa de estos cuerpos gracias a su velocidad, Hawking señala que es posible viajar en el tiempo a través de un agujero negro sin necesidad de crear un agujero de gusano, portal inserto en el universo a través del cual se pueden hacer viajes materiales en el tiempo y el espacio. Sería necesaria una nave que pudiera viajar a la velocidad de la luz para que pudiera entrar y salir de éste; sin embargo las medidas de espacio-tiempo podrían alterarse ya que en el espacio, al viajar a la velocidad de la luz, un año en el espacio sería el equivalente a 365 años en la tierra.