ESTO. Semana trece
Cuando el emisor intenta convencer al receptor de un postulado a través de un discurso en donde muestra una serie de desplegados de cualidades positivas, es evidente que la preferencia está tan marcada como un tatuaje en la piel. Ese es el caso de Humberto Parra Rodríguez, es chiva de corazón y no teme demostrarlo. Su discurso lo maneja de la siguiente forma:
En su columna Hemeroteca Deportiva no está nunca por demás que mencione algún piropo al equipo rayado del Guadalajara. Además de calificarlo como “el equipo mexicano con mayor carisma y reconocimiento en aquella latitud de nuestro continente”, refiriéndose a Sudamérica, menciona una serie de cualidades, que, aunque alguien desconociera por completo quiénes son las Chivas del Guadalajara, de tan sólo leer su columna terminaría igual o más encantadísimo que él.
Cualidades como, es el único partido que tiene en su equipo 100% carne mexicana, el único que tiene un promedio de 21 años de edad en sus jugadores, triunfadores de la Copa Libertadores 2010 y recientemente cuna de una de las promesas juveniles del momento “El Chicharito”. Si uno lee esto es claro que el discurso cumple con el propósito de convencer acerca de la grandeza de este equipo de futbol.
Sin embargo, Humberto Parra, aplica el sistema de exclusión interno de censura (M. Foucault) ya que no menciona cuáles son los posibles defectos de este club. Al menos por las dos últimas semanas lo único que puede leerse en su columna son las lisonjas de oro que le son regaladas a las Chivas.
Él menciona que la meta principal de un equipo pequeño es ganar partidos y de los grandes, es ganar campeonatos “ése es el tipo de pelaje de las Chivas”, menciona en su columna “Continúa Guadalajara en la Libertadores” del pasado 21 de mayo.
No se trata de crear mártires aquí, ni de que las Chivas ganaron aún cuando les quitaron cinco jugadores para la Selección Nacional. El análisis depende del estado de verdad en el que se encuentre el lector, si es aficionado definitivamente se lo va a creer, si no lo es, lo más seguro es que esté en desacuerdo y exista por ahí un águila o un cementero malhumorado al haber leído las columnas de Parra.
1 comentario:
La censura en el fútbol no es una teoría; se asemeja más a un sentimiento o tal vez algo nato del hombre porque lógicamente nunca hablarás mal "del equipo de tus amores".
Publicar un comentario