Antier, miércoles 9 de junio, Ciro Gómez Leyva partió hacia Johannesburgo, capital del país de Sudáfrica con el firme propósito de ver el partido inaugural de la selección nacional contra la del país anfitrión.
La pasión futbolera es una de las cosas más arrebatadas dentro de la sociedad mexicana. Por el futbol se vive, por el futbol se muere y algunos otros viven en el medio, agonizando entre el “¿meterán gol?” y, por supuesto, radio fórmula no podía dejar de mandar a sus principales locutores por unos días de vacaciones a aquella ciudad a cambio de unos minutos de audio sobre sus impresiones.
Ayer se hizo por primera vez el enlace con Ciro durante la transmisión en vivo de su programa, el cuál corrió a cargo de Manuel Feregrino y Marisa Islas durante la transmisión regular.
Durante la plática sólo se habló de los aficionados al futbol. Dice Ciro: “Aquí la afición es casi nula, no se siente el ambiente futbolero”. Vísperas del mundial y a unas horas de que se hiciera la inauguración y se librara el primer partido.
Finalmente la crítica va hacia la verdadera utilidad de que un periodista vaya o no a tal acontecimiento, así como si la presencia del presidente fuera verdaderamente importante durante el primer partido. Echaremos porras casi todos en el juego, pero definitivamente hay quienes deberían y no deberían ir.
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1 comentario:
Lo ideal sería que a eventos deportivos asistieran periodistas especializados en deportes.
Sin embargo, es hasta cierto punto comprensible que periodistas como Ciro Gomez Leyva, Joaquín López Doriga, u otros periodistas de temas ajenos a los deportes asistan a la inuguración del mundial, pues este torneo trasciende el ambito netamente deportivo y engloba a todos los ambitos de la sociedad en general.
Es por esto que durante su mes de duración, el mundial es el tema principal a tratar, a menos que surga de imprevisto un acontecimiento de gran relevancia.
Con relación a la asistencia del presidente, como todos me parece que hay cosas más importantes que el ejecutivo deberia tratar, sin embargo tampoco fue por iniciativa propia, sino por invitación del presidente sudafricano.
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