"Estas elecciones han perdido su sentido porque estaban llamadas a ser un paso básico en el cambio democrático", dijo el dirigente del partido al UMMA (Partido de la Nación Musulmana) en una entrevista concedida a Efe en su residencia de Um Durman, la ciudad gemela de Jartum y situada al otro lado del Nilo. Este dirigente político, de 74 años, que cuando era primer ministro en 1989 vio cómo el ahora presidente, Omar Al Bashir, lo desalojaba del poder con un levantamiento militar, cree que una vez concluidas las elecciones el país se enfrente con nuevos problemas.
El discurso de Sadik al Mahdi retoma el pasado de una forma ineludible, no es posible olvidar lo que ocurrió hace 74 años y lo que ocurre ahora en las elecciones de Sudán, en las que está casi destinado que el ganador sea otra vez Omar al Bashir y que con ello haya otras consecuencias más, como la posibilidad de que tras el referéndum de independencia de la región autónoma del sur, previsto para enero, nazca un "país enemigo".
"Este es el primer problema y el más grave", asegura Al Mahdi, "La relación entre el Partido del Congreso Nacional (PCN) -que gobierna en el norte- y el Movimiento Popular de Liberación de Sudán (MPLS) -mayoritario en el sur- ha llegado a un punto de no retorno, lo que se reflejará en el futuro de la relación entre el sur y el norte si en los comicios gana el PCN en el norte y el MPLS en el sur”.
La guerra puede ocurrir en cualquier momento, el norte se encuentra en disputa constante con el sur y Al Bashir no ha logrado un acuerdo verídico de paz ¿entonces las elecciones es una simulación de democracia? Los siguientes días se conocerá al presidente de Sudán que denotará dos cosas muy diferentes: un cambio político o una mayor situación de desconfianza por un gobierno sin soluciones.
Al Mahdi declara algo nuevo a la comunidad internacional, el supuesto de que si Al Bashir se queda en la presidencia el conflicto de Darfur se incrementará e incluso se declare como guerra entre territorios diferentes, lo que sería cotradictorio con uno de los fines de la elección presidencial realizada del 11 al 15 de abril: poner fin al conflicto en la región occidental de Darfur y alcanzar la paz en el sur del país.
El discurso de Sadik al Mahdi retoma el pasado de una forma ineludible, no es posible olvidar lo que ocurrió hace 74 años y lo que ocurre ahora en las elecciones de Sudán, en las que está casi destinado que el ganador sea otra vez Omar al Bashir y que con ello haya otras consecuencias más, como la posibilidad de que tras el referéndum de independencia de la región autónoma del sur, previsto para enero, nazca un "país enemigo".
"Este es el primer problema y el más grave", asegura Al Mahdi, "La relación entre el Partido del Congreso Nacional (PCN) -que gobierna en el norte- y el Movimiento Popular de Liberación de Sudán (MPLS) -mayoritario en el sur- ha llegado a un punto de no retorno, lo que se reflejará en el futuro de la relación entre el sur y el norte si en los comicios gana el PCN en el norte y el MPLS en el sur”.
La guerra puede ocurrir en cualquier momento, el norte se encuentra en disputa constante con el sur y Al Bashir no ha logrado un acuerdo verídico de paz ¿entonces las elecciones es una simulación de democracia? Los siguientes días se conocerá al presidente de Sudán que denotará dos cosas muy diferentes: un cambio político o una mayor situación de desconfianza por un gobierno sin soluciones.
Al Mahdi declara algo nuevo a la comunidad internacional, el supuesto de que si Al Bashir se queda en la presidencia el conflicto de Darfur se incrementará e incluso se declare como guerra entre territorios diferentes, lo que sería cotradictorio con uno de los fines de la elección presidencial realizada del 11 al 15 de abril: poner fin al conflicto en la región occidental de Darfur y alcanzar la paz en el sur del país.
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