Bienvenidos

Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en la construcción social de la realidad. Los estudiosos de la comunicación analizamos los temas de la agenda mediática, con el fin de dar explicaciones y construir escenarios sobre el contexto nacional e internacional. Sin embargo, más allá de los temas, es necesario analizar las estrategias discursivas de los medios de comunicación, concebidos como sujetos que producen discursos con determinadas intenciones y efectos. El objetivo de este espacio es que cada participante analice crítica y rigurosamente acontecimientos discursivos mediáticos en distintos contextos. Cada uno de ustedes aportará para la discusión, el análisis de un medio de comunicación (visto como sujeto de enunciación) y un hecho noticioso -siempre el mismo- (visto como objeto de enunciación). Este será entonces un ejercicio dialógico pues recordemos que la posibilidad del diálogo está dada por los turnos en los que nos asumimos como interlocutores.
Diana Marenco


(Para quienes quieran consultar el archivo, está hasta abajo de la página)

jueves, 8 de abril de 2010

Editorializando la guerra.


El pasado lunes 5 de marzo de 2010, el periódico La Jornada dedicó su editorial a la situación presente en los conflictos bélicos de Irak y Afganistán; lo que no sólo me resultó interesante, por tratarse de una opinión acerca del tema que debo dar seguimiento en el medio al que debo dar el mismo, sino que considero debió debe resultar de interés general para los lectores en general, ya que no es del todo común que en la editorial de un diario se aborde un tema de esta naturaleza.

Dicha editorial, titulada Irak y Afganistán: aventuras bélicas insostenibles (La Jornada, 05/04/2010), busca contextualizar los sucesos presentes en la zona de guerra perteneciente al territorio tanto iraquí como afgano; así como los pocos resultados obtenidos de esta guerra aparentemente interminable.

En el apartado referente a Afganistán es el siguiente:

“El signo irracional de las cruzadas militares de Washington puede verse también en Afganistán, país en el cual persiste una confrontación bélica letal para las tropas invasoras y para civiles inocentes, y que se ha revelado como una trampa para la presidencia de Barack Obama, quien, presionado por los integrantes del complejo militar-industrial estadunidense y por los halcones de Washington, ha accedido a ampliar la presencia militar de su país en esa nación centroasiática. Adicionalmente, en sus empeños por imponer una democracia electoral en Afganistán, Washington y sus aliados no sólo no han logrado dotar de legitimidad a las autoridades afganas –encabezadas por el impresentable Hamid Karzai, ex colaborador de la CIA y aliado de los señores de la guerra–, sino ahora tienen que enfrentar las críticas de éstas: baste señalar, como botón de muestra, lo dicho el pasado jueves por el propio Karzai, en el sentido de que Occidente ayudó a perpetrar un “fraude masivo” en las pasadas elecciones para debilitar su gobierno” (La Jornada, 05/04/2010)

Con ello, La Jornada muestra su postura ante dicho conflicto bélico, que si bien no resulta trascendental en un ámbito internacional, si lo es para sus lectores asiduos y los no tanto, además de que con esto se reitera una vez más como un medio en el que se da un lugar a las voces que en otros medios no tienen lugar.

En este caso se trata de extender la opinión sobre una situación, que si bien no nos perjudica directamente como mexicanos, si debemos conocer las implicaciones más profundas del asunto, como son los intereses corporativos detrás de una guerra, más allá de los intereses de democratización de un país o de la salvación de un pueblo.

Fuente

  • La Jornada. Carmen Lira Saade. 5 de Marzo de 2010. México, Distrito Federal. Año 26. Número 9210.

No hay comentarios: