El tema de los datos personales ha resurgido por el caso de la reportera de El Universal que realizó un reportaje el 19 de abril, el cual versa sobre una visita al barrio de Tepito y con toda calma le ofrecieron discos duros con bases de datos personales, direcciones, credenciales del IFE y demás información privado que la gente da a bancos, a aseguradoras, particulares y al Estado. En Primer Plano el adjetivo principal para calificar tales acciones de ilegalidad fue “rabiosa”, ya que en Tepito por la cantidad de 150 mil pesos te orfrecen varios discos con toda la información personal que necesites y de esta manera se puede constatar que el crimen organizado puede comprar los discos y saber quién será su próxima víctima, donde vive y donde se encuentra en cualquier momento. Y no sólo son particulares ligados al crimen organizado quienes compran esta información sino también se muestra en el reportaje que muchos policías recurren a comprar los datos para agilizar la obtención de datos que necesitan, porque si recurren a un juez para obtener esa información, le tardan de cinco a seis días, lo cual les resulta ineficiente.
Entonces vemos que existe toda una mafia corrupta que tiene un acceso ilimitado a nuestra información personal, lo cual no pretende culpar completamente al IFAI e instituciones gubernamentales de proporcionar dicha información, pero si se afirma evidentemente que la información personal no está salvaguardada y no hay un blindaje seguro ante datos de gran importancia que podrían poner en peligro la seguridad y privacidad de los mexicanos.
José Paoli afirmó que al fin de cuentas nada de esto sorprende, debido a que no es raro que el destino de esa base de datos fuera en manos de la criminalidad, cuando estamos permeando en una situación de corrupción endémica. Y evidentemente quienes tengan acceso a esas bases de datos eventualmente ven la manera de empezarlas a vender tratando de quedar impunes, que tampoco es tan difícil en este país vender esas bases de datos y que al mismo tiempo no pase nada.
Entonces aunque por parte del gobierno se hable de preservar la seguridad nacional y la lucha contra el narcotráfico, es posible observar que ni en el entramado gubernamental se vigilan los datos privados de los ciudadanos, acción fundamental para darle credibilidad a las funciones estatales. En Primer Plano se hizo énfasis en hacer un llamado ante tal corruptela, y lo único que se espera o que quizá no se debería de esperar es que las cosas sigan igual y la seguridad se vea coartada.
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