El periodista algún día no fue profesional

Por Mariel Medina Lugo

Hasta dónde es posible que en el espacio público cualquier personaje emita opiniones respecto al narcotráfico. Palabras más, palabras menos, ésta es la interrogante que se plantea el periodista Rafael Cardona en el noticiario de José Cárdenas. (Grupo Radio Fórmula)
¿Qué es lo que pasa después de la libertad de expresión? Rafael Cardona argumenta que los periodistas profesionales esperan enriquecer los elementos de un debate con alguna idea o sugerencia que derive en decisiones.
Y que éstos se ven mermados por la actividad del poder público, es decir, que éste puede enfrentar al ejercicio periodístico a partir de la represión, o de considerar que lo que dice no existe. Eso ocurre cuando el periodista es profesional y cuando no lo es tanto.
Sin embargo, los periodistas no son los únicos que emiten opiniones, así como hay productos piratas también existen las opiniones piratas, aquellas que no provienen de los profesionales, que en ocasiones provienen de las academias, de las universidades, de los bibliotecarios, a veces de los literatos y hasta de cantantes afirmó.
En un tono de indignación Cardona apunta la imposibilidad de que el Estado Mexicano haya mandado una carta a Joaquín Sabina, cantante y poeta español, después de que éste dijera que el presidente Felipe Calderón Hinojosa había pecado de ingenuidad al iniciar la guerra contra el narcotráfico aún sabiendo que no la va a ganar.
Al mismo tiempo que Rafael Cardona preguntó: ¿Este es el nivel político en el que tenemos que estar? Entonces hagamos este programa con guitarra y versos. Y propongo a Chabela Vargas como presidenta de la Suprema Corte de Justicia
No es que tenga o no tenga razón Rafal Cardona al estar molesto con el asunto de Joaquín Sabina, lo que causa desconcierto es la forma es que separa las opiniones de los periodistas con las del resto, las universidades, los literatos entre otros quedaron relegados, se convirtieron en personas no profesionales y sin credibilidad, en los cuales no hay que confiar, porque tiene la idea errónea de que no aciertan, porque no saben. Eso es un grave error. Cada día las personas quieren estar más enteradas, más aún las universidades, las academias etc. No es posible que se siga creyendo en que no hay preparación que al final de cuentas nos llevará a ser profesionales.