Bienvenidos

Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en la construcción social de la realidad. Los estudiosos de la comunicación analizamos los temas de la agenda mediática, con el fin de dar explicaciones y construir escenarios sobre el contexto nacional e internacional. Sin embargo, más allá de los temas, es necesario analizar las estrategias discursivas de los medios de comunicación, concebidos como sujetos que producen discursos con determinadas intenciones y efectos. El objetivo de este espacio es que cada participante analice crítica y rigurosamente acontecimientos discursivos mediáticos en distintos contextos. Cada uno de ustedes aportará para la discusión, el análisis de un medio de comunicación (visto como sujeto de enunciación) y un hecho noticioso -siempre el mismo- (visto como objeto de enunciación). Este será entonces un ejercicio dialógico pues recordemos que la posibilidad del diálogo está dada por los turnos en los que nos asumimos como interlocutores.
Diana Marenco


(Para quienes quieran consultar el archivo, está hasta abajo de la página)

domingo, 11 de abril de 2010

“Si me atrapan o me matan… nada cambia”, por Julio Scherer


Ni qué decir, Proceso estuvo en boca de todos esta semana al tener LA exclusiva con el estratega del cártel de Sinaloa: Ismael El Mayo Zambada. “Si el Diablo me ofrece un entrevista, voy a los infiernos…” (Scherer, Proceso 1744: 7) y es que la interlocución tiene que llevarse a cabo.

La recreación de escenarios y ambientes es muy puntual, poética; lo suficiente para recrear el encuentro insólito. “Una mañana de sol absoluto, mi acompañante y yo abordamos un taxi del que no tuve ni la menor idea del sitio al que nos conduciría” (Scherer, Proceso 1744: 7), “la casa era de dos pisos, sólida. Por ahí cinco cuadros, pájaros deformes en un cielo azuloso” (Scherer, Proceso 1744: 7), “por veredas y caminos sinuosos ascendimos una cuesta y de un instante a otro el universo entero dio un vuelco” (Scherer, Proceso 1744: 8)…, pero más importante todavía es el emisor, quien dijo esto.

La construcción del objeto de estudio que realizó Julio Scherer es muy interesante. La re-presentación que efectuó el medio Proceso, es tal que nos permite ser parte de esa sensación de que estamos frente a El Mayo, ya que es a través de un hecho que el medio nos cuenta qué sucedió, mas no da los pormenores de decirlo todo (como el lugar donde ambos tuvieron contacto) pues los medios sólo nos dicen lo que nos quieren decir, lo que quieren que sepamos.

El estereotipo del capo, el zar de la droga, El Mayo… son sinónimos de villano. El método: el miedo y es que a través del control de las emociones en los sujetos que son los “buenos”, las víctimas se ejerce una biopolítica y se toman decisiones como las de ejercer el narcotráfico a costa de todo y de todos.

El narcotráfico es un habitus, tal como un mal necesario que da trabajo a quienes no tienen y de alguna forma u otra, les proporciona un sustento del cual sobrevivir. El crimen organizado es una representación del poder económico, político, moral y físico… todos al mismo tiempo, por lo que éste prevalecerá por encima de los demás –incluyendo el del gobierno– que carece del físico y moral, ya que hasta sus propios policías trabajan de manera disimulada para ellos.

En la entrevista, el título es una muestra de un principio de certeza: “Si me atrapan o me matan… nada cambia” (Scherer, Proceso 1744: 6) pues él sabe que la situación del narcotráfico seguirá con o sin él. El estado cognoscitivo del crimen organizado no tendría por qué verse afectado, es una guerra perdida porque “el narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción” (Scherer, Proceso 1744: 10). En este caso, el otro no es ajeno a la comunidad; es la comunidad parte del otro.

REFERENCIA
Scherer García, Julio. “Si me atrapan o me matan… nada cambia”, en Proceso número 1744. Semana del 4 de abril de 2010. Págs. 6-11.

2 comentarios:

Juan Manuel Solís Núñez dijo...

La nota de la semana pasada, de acuerdo a mi parecer. Un encuentro insólito que no puede sino interpretarse como la exposición del poder mediático que poseen los narcos. Scherer, quien por cierto hace un trabajo muy valiente, se encuentra con un capo de la talla de Zambada e intenta, pese a todas las dificultades, realizar un trabajo periodístico. Una desgracia que tipos como Aguilar Camín y Raúl Trejo, pese a que pertenezcan a círculos completamente distintos, hayan criticado una de las grandes expresiones periodísticas de nuestro tiempo, sin mencionar a la figura que lo realizó ya de por sí uno de los más grandes del país.

Elizabeth Sánchez Morales dijo...

Cierto es que tu análisis y el mío se complementan, y ahora el de esta semana de Notimex mío.

La reunión de ambos (Julio Scherer y “El Mayo”) es la nota. Cierto es que Scherer es el emisor y es de quien se desprende todo. Muchas opiniones surgieron a partir de esta entrevista. Tanto así que mientras el presidente explicaba el traslado de funciones de seguridad en Ciudad Juárez, le realizaron una pregunta acerca de esa reunión y medios como El Universal y La Jornada colocaron en sus notas un punto esencial: “se negó” y “evitó” dar comentarios.

Al fin y al cabo los medios nos dirán lo que quieran que sepamos. Sin embargo, nadie quita que la trascendencia de la entrevista sea fundamental pues si no fuera así no surgirían debates que se refieran a si es ético que un periodista entreviste a un narcotraficante o, si tiene importancia ese encuentro de Julio Scherer con “El Mayo”. Y hay quienes sostienen que si fuera ese “gran periodista” hubiera sacado más información.

Si no fuera LA nota, no se hablaría de ella. Mientras tanto, sigamos revisando qué quieren los medios enfatizar.