Bienvenidos

Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en la construcción social de la realidad. Los estudiosos de la comunicación analizamos los temas de la agenda mediática, con el fin de dar explicaciones y construir escenarios sobre el contexto nacional e internacional. Sin embargo, más allá de los temas, es necesario analizar las estrategias discursivas de los medios de comunicación, concebidos como sujetos que producen discursos con determinadas intenciones y efectos. El objetivo de este espacio es que cada participante analice crítica y rigurosamente acontecimientos discursivos mediáticos en distintos contextos. Cada uno de ustedes aportará para la discusión, el análisis de un medio de comunicación (visto como sujeto de enunciación) y un hecho noticioso -siempre el mismo- (visto como objeto de enunciación). Este será entonces un ejercicio dialógico pues recordemos que la posibilidad del diálogo está dada por los turnos en los que nos asumimos como interlocutores.
Diana Marenco


(Para quienes quieran consultar el archivo, está hasta abajo de la página)

domingo, 25 de abril de 2010

Un capo y el lenguaje poderoso

"A lo seguro" por Fisgón
Obtenido de La Jornada

El efecto de realidad no sólo se da en la televisión, sino que el mostrar y el hacer creer también está en los medios impresos pues se basan en lo fático y referencial. Una vez que un medio muestra lo “importante” –escogido por un periódico–, todos los demás deben publicarlo y al final todo el mundo termina diciendo lo mismo y, por tanto, homogeneízan la información. Esta semana un suceso “importante” fue la “detención” de El Indio, operador de La Barbie.

En la noticia se enfatiza que “luego de sostener un enfrentamiento que dejó un saldo de dos muertos del cártel de los Beltrán Leyva, en la zona de Huixquilucan, Estado de México, efectivos del Ejército Mexicano detuvieron a 19 narcotraficantes, entre ellos José Gerardo Álvarez, El Indio” (La Jornada, 22 de abril de 2010). Asimismo, en El Universal se expuso que “soldados detuvieron a Gerardo Álvarez Vázquez alias El Indio o El Chayán” (El Universal, 22 de abril de 2010). Y en Notimex: “Felicita Pascual a gobierno mexicano por detención de ‘el Indio’”.

Parece que, por lo menos en estos tres medios, se publicó en su agenda la “detención” del narcotraficante; sin embargo, recordando el texto de Julio Scherer que puntualizó lo que dijo “El Mayo” Zambada: “En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí” (Proceso, 4 de abril de 2010), la “detención” ¿es un avance o no?

De igual manera, la revista semanal precisó que fuentes policiacas de Morelos “comentan que la situación puede ser aún más crítica, sobre todo con la detención, el miércoles 21 en el Estado de México, de Gerardo Álvarez Vázquez, El Indio” (Proceso, 25 de abril de 2010).

¿Qué sucede entonces con esa “detención”?, pues la dualidad entre la libertad y la seguridad se expone debido a que una vez que se “detiene” a un capo, implica de forma directa un sentido de seguridad que permite que el público –como función fática– sea convencido de un arraigo con la comunidad en la que la lucha contra el narcotráfico está siendo efectiva. De ahí que el embajador de EUA en México “felicite” al gobierno por aquella “detención”.

Estas notas están expuestas a través de una función referencial en la que se informa y precisa que fue detenido alguien y se dan datos de quién fue “detenido”. A partir de esta captura se da información tomando la palabra con un “mayor conocimiento de los hechos” y asegurando al receptor un poder por parte del gobierno y su lucha contra el narcotráfico.

El discurso, en este sentido, está encaminado no sólo a informar sino a “hacer actuar”, a convencer que el gobierno mexicano sí está luchando en contra del narcotráfico. Bajo el principio de certeza se “informa” que se ha atrapado a un narcotraficante “importante”, no caben preguntas de qué tan importante es, ni si hay ya un reemplazo como lo dijo “El Mayo”, o quizá, si de verdad será extraditado, pues mediante el lenguaje se puede castigar al otro, pero eso no implica que el “decir” llegue al “deber ser” y se logre la seguridad que se le afirma al mexicano…

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