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Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en la construcción social de la realidad. Los estudiosos de la comunicación analizamos los temas de la agenda mediática, con el fin de dar explicaciones y construir escenarios sobre el contexto nacional e internacional. Sin embargo, más allá de los temas, es necesario analizar las estrategias discursivas de los medios de comunicación, concebidos como sujetos que producen discursos con determinadas intenciones y efectos. El objetivo de este espacio es que cada participante analice crítica y rigurosamente acontecimientos discursivos mediáticos en distintos contextos. Cada uno de ustedes aportará para la discusión, el análisis de un medio de comunicación (visto como sujeto de enunciación) y un hecho noticioso -siempre el mismo- (visto como objeto de enunciación). Este será entonces un ejercicio dialógico pues recordemos que la posibilidad del diálogo está dada por los turnos en los que nos asumimos como interlocutores.
Diana Marenco


(Para quienes quieran consultar el archivo, está hasta abajo de la página)

domingo, 28 de marzo de 2010

Contenidos de calidad para que el público asista

Tema: Teatro en México
Por: Juan Tototzintle Nava



En entrevista para El Financiero, el director de escena y dramaturgo argentino, Daniel Veronese, afirmó que “Antes de provocar, el teatro debe ser un buen espectáculo artístico porque no puede olvidarse del público que, aun a costa de su comodidad y su bolsillo, todavía se aventura a salir de casa y asistir a las salas”.


Además, declaró que lo que le interesa es “que la obra atrape al espectador y lo saque distinto de cómo entró”. Negó que haga teatro con salidas intelectuales, sino un teatro donde la obra funcione y el suceso se cuente; no le interesa lanzar ideas ni hacer denuncias.


En sus obras, Veronese no aborda ideas controvertidas o difíciles de digerir, pues según dice, “si así fuera la gente no iría”. Menciona que en Argentina en el teatro hay mucho público, aunque no en comparación con el cine; al estar en México “me dicen que el público no viene, que hay que levantar el nivel de lo que se hace”. Veronese afirma que tiene que haber ganas de hacer y ganas de ver teatro, pues una retroalimenta a la otra.


Destaca que si se le dan al público trabajos con un nivel alto, se van a empezar a interesar, pues hay que “cambiar si las cosas están estancadas”.


Daniel ha escrito más de 20 obras y actualmente tiene dos puestas en escena en nuestro país: Gorda y Mujeres soñaron caballos. La primera aborda el tema de la discriminación y se presenta en el Teatro Fernando Soler; la segunda en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico.


En un principio se puede estar en desacuerdo con Veronese en el aspecto de no hacer denuncia a través del teatro, pero después se puede concluir que tiene mucha razón, pues hay personas que acuden al teatro para escapar de sus problemas aunque sea de manera temporal, y, darles temáticas difíciles haría que sus problemas sólo fueran remplazados por otros, con lo cual tal vez se cumpliera la sentencia del dramaturgo: “la gente no iría”.


Aunque bien es cierto que también que el teatro debe ser un espacio donde se proponga y aporte algo a las personas, aunque para ello se tenga que recurrir a plantear nuevos problemas en el espectador.


Al pugnar por la calidad de los contenidos que se presentan, se alude al poder que un espectador tiene al ir y pagar por un boleto. Que bueno que los productores teatrales se han dado cuenta de ello.


Se debe informar al público de que tipo de obra se trata y que es lo que puede esperar de ella, para que de esta forma tome la decisión de acudir o no al espectáculo. Cuestión de elección, ¿no creen?



Fuente:

Julieta Sánchez y Javier Pérez, “Todo el teatro es difícil, hasta el dirigido a un gran público” en El Financiero. México, martes 23 de marzo de 2010. Pág.35.



1 comentario:

Oswaldo Balanzario dijo...

Claro, antes de promover las obras de teatro, se debe cuidar que éstas sean de calidad. En teatro es un espectáculo relegado en el país, en parte por los precios y en parte por la falta de cultura, o la falta de apreciación de las puestas en escena. Entonces, si un individuo asiste a una obra carente de producción, profundidad, etc., le quedarán menos ganas de regresar, por lo que es importante difundir representaciones cuyo valor radique en la trama, en las actuaciones, en la originalidad.

Y como el cine, el teatro también puede servir como una ventana de denuncia, sin embargo, como señalas, existen personas que toman ciertos espectáculos como distractores. El problema se originaría si todas las obras se quedaran en ser simples escapes de la realidad.