Por Mariel Medina Lugo
Tijuana, Baja California, México.- Una mañana, Félix, de 7 años, despertó en su casa en Guerrero y sus padres se habían ido. “Ahora están en el norte”, dice refiriéndose a Estados Unidos. Él se quedó con su abuela y sus hermanas. Para reunirlo con sus padres fue entregado a una mujer, quien se hizo pasar por su tía y lo llevó en auto a cruzar la frontera por la garita de Tijuana-San Ysidro. No tuvieron éxito, en los documentos de Félix “los nombres eran diferentes al de mi mamá, al de mi papá y al mío”, explica Félix, al ser repatriado a México.
La demanda de mano de obra barata por parte de Estados Unidos, la necesidad de los mexicanos de encontrar un empleo, o el querer estar con los familiares que radican en el país vecino, son las principales causas del flujo migratorio de México hacia otro lugar.
La Conapo (Consejo Nacional de Población) señala que uno de cada once mexicanos vive en EU. Y que México expulsa el mayor número de residentes en edad productiva con los que cuenta aquél país. Entre ellos están los padres de niños que decidieron dejar a sus hijos al cuidado de otros familiares, para darles un mejor futuro.
Aunque se refleje cierto bienestar económico en las remesas que son enviadas por los padres migrantes, poco se ha estudiado lo que sucede con los niños que se enfrentan a la desintegración familiar por la escasez de oportunidades.
En este sentido, diversos son los horizontes que enfrenta un hijo de migrante, entre ellos que la reunificación de la familia tarde años en materializarse en parte por las medidas estrictas en las fronteras. Otra que el niño experimente una maduración temprana si es el caso de que ambos padres se hayan marchado. Si es el caso de que el padre se marchó, las mujeres tienen que hacerse cargo de las actividades agropecuarias y de los hijos.
Por otro lado los niños que llegan a vincularse con las zonas fronterizas, o los que por temporadas laboran en los Estados Unidos, cuando regresan a su lugar de origen ya tienen la experiencia de haber acudido a escuelas americanas y mexicanas, y ello les genera la idea de estudiar en universidades norteamericanas.
Existen condiciones diferentes en la migración infantil. Hallamos a los niños que migran con sus padres o los niños que migran solos después de que sus padres cruzan la frontera. Otra posibilidad se da cuando los niños viven junto con sus padres en el país receptor, es decir, cuando la familia permanece junta. También existe la permanencia del pequeño en el lado norteamericano cuando uno de sus padres ha sido deportado. La última, es cuando los niños permanecen en la zona fronteriza, solos o con sus padres y tienen en mente volver a cruzar.
En cada una de las situaciones son implícitos los matices, los niños todos ellos diferentes, se adaptan a la migración de acuerdo a la edad, a la región dónde se desenvuelven y al tiempo de soledad que enfrentan ante la pérdida de uno o de los dos padres.
Fuente:
Migración de menores mexicanos a Estados Unidos Cecilia Mancillas Bazán
http://www.conapo.gob.mx/publicaciones/migracion/politicaspublicas/06.pdf
Año 2009
http://www.unicef.org/mexico/spanish/historiasdevida.html
1 comentario:
¡Qué lástima que México ande regalando a sus hijos!, ¡que pena por las políticas económicas que tenemos!, ¿pero, qué debe suceder para cambiar todo esto? y lo mejor de todo ¿cuándo sucederá?.
Es lamentable que estos niños deban llevar una vida así, pero también debo agradecerles que por su sacrificio y el de sus padres se sostiene el país. Aquí están los verdaderos héroes y sujetos valientes que no han abandonado su tierra, porque trabajan para ella y su gente.
Nuevamente ¡gracias!.
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