Por si los monopolios telefónicos, televisivos y petroleros no fuesen suficientes, el de la cirugía plástica encuentra sustancioso el campo para laborar en México.El 8 de diciembre del año pasado el Senado aprobó una reforma legal que “otorga a los cirujanos plásticos la autorización exclusiva para realizar cirugías estéticas y reconstructivas, con lo que excluye a miles de cirujanos de otras especialidades que efectúan este tipo de operaciones” (Vera, Proceso 1741: 68).
El escándalo de la cirugía de los glúteos de Alejandra Guzmán ocasionó el pretexto idóneo para seguir perjudicando a sectores de la salud, pues a raíz de esto se vio la necesidad urgente por proteger a la población de cirujanos apócrifos, por lo que la ley debería de modificarse.
Pero resulta que la senadora priísta Socorro García Quiroz no se conformó con quitar a los charlatanes porque de ahora en adelante cirujanos, dermatólogos, otorrinolaringólogos, oftalmólogos, entre otros, no podrán ejercer su profesión en actividades como las siguientes:
“Esa ley prohíbe a los ortopedistas reparar una mano o una pierna; a los otorrinolaringólogos operar una nariz; a los ginecólogos una vagina; a los dermatólogos quitar un cáncer de piel; a los oftalmólogos reparar párpados y ojos; a los odontólogos les impide reparar dentaduras…” (Vera, Proceso 1741: 69).
Con esto podemos observar que existe una diferencia evidente entre el Sí mismo y el Otro. En un primer momento estaba la comunidad de sí mismos (cirujanos certificados) y los otros (cirujanos apócrifos). Ahora la comunidad de sí mismos son solamente los cirujanos plásticos certificados y los otros, los demás cirujanos de otras especialidades.
En este punto, cuando se está inconsciente del otro, los problemas no acontecen, pero en este caso, los otros están conscientes de que ya los perjudican, y de que van a dañar a terceros. Esto “provocará un grave problema de salud pública, ya que los afectados serán principalmente los pacientes, que no recibirán atención médica por los especialistas indicados” (Vera, Proceso 1741: 69).
Con esto, el discurso: “Lo menos que debe de monopolizarse es la salud” (Vera, Proceso 1741: 69) se queda meramente en el plano del deber ser, pero el decir de la senadora García Quiroz se sobrepuso a tal grado de hacer que el Senado aprobara la ley. Sólo queda pendiente que la Cámara de Diputados, que es la cámara revisora, decida qué hacer.
REFERENCIA:
-Vera, Rodrigo. “La cirugía plástica, hacia el «monopolio gremial»”, en Proceso 1741. Semana del 14 de marzo de 2010, p. 68-70.
2 comentarios:
Oye que interesante nota, de verdad es gracioso y un poco avergonzante el que para apaciguar un poco las aguas que se alebrestaron a raíz del trasero de la Guzmán se haga este tipo de determinaciones que no términan con el problema de fondo.
sería interesante analizar los discursos que se manejan en los medios de espectaculos sobre el tema, por ejemplo en Ventaneado dijeron que esta muy bien pues aunque hacía un poco elitista estas operaciones protegía la integridad de "los artistas", nunca pensaron en la sociedad que no se dedica al espectaculo.
¡Guau! qué ganas de meterse plástico en el cuerpo.
En realidad no entendí muy bien lo de los doctores, pero creo que está bien ¿no?, por eso cada uno se especifica en algo, digo, no quisiera tener problemas en la nariz y que después el mismo doctor que no sabe de cirugía plástica me diga ¿quieres que te la deje refinada?.
Por cierto, me parece que los doctores con mejores sueldos son los cirujanos plásticos; y después de esta ley pues ¡ni modo vanidos@s, a aceptarse como son!
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