¿Qué más se puede esperar…?

¿Qué más se puede esperar…?

La semana pasada (09-15 de mayo) los temas en torno a los que giraron las ediciones s del periódico La Jornada fueron delimitados, en su mayoría, por la agenda setting. De modo tal que se cubrió la información referente a la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado; a las detenciones surgidas de ésta; la visión, opinión y las posibles soluciones desde el punto de vista del gobierno americano, respecto a la ola de violencia que azota a México; las continuas demostraciones de inconformidad frente a la Ley Arizona; o bien las medidas de la UE para controlar y contrarrestar la crisis económica en la que se ve inmersa. Así mismo se dio seguimiento a otros tantos temas interés nacional e internacional.

Sin embargo, se llevo a cabo la publicación de cierta información que denota la línea editorial y las causas sociales con la que el periódico se halla comprometida, cómo es el seguimiento a las medidas tomadas por el SME para obtener respuesta de las autoridades; o bien dar a conocer los problemas ocasionados por las múltiples deficiencias del sistema eléctrico del D.F. que evidencia la incapacidad de la CFE para controlarlos.

Por otra parte, el día 10 de mayo, se otorgo el espacio para dar a conocer los casos de maltrato y hostigamiento sexual presentes en la Secretaría de Gobernación, delicadeza que, debido a sus intereses intrínsecos, ni El Universal, Excélsior, ni Reforma (quienes junto a la Jornada son los diarios de mayor circulación local) se tomaron. A lo que fue aunado la editorializarían del mismo, en la cual se hace referencia a que dicho problema es un simple reflejo del deterioro institucional en curso y de la persistencia de prácticas indeseables, abusivas y antidemocráticas en las oficinas gubernamentales.

De tal forma que aun cuando es necesaria la atención e intervención de las autoridades competentes para la realización de una investigación profunda, así como de la aplicación de las correspondientes sanciones a los responsables; es muy probable que esta no se lleve a cabo ya que el interés de resolver no se encuentra presente en el titular de la dependencia federal, Fernando Gómez-Mont, es imposible exigir la intervención de otra dependencia.

Es por ello que me pregunto ¿dónde quedo la defensa a la legalidad, el apego a las leyes, la trasparencia y la acción en contra de la corrupción laboral.

Es así, que una vez más la utopía, regida sobre el deber ser de las instituciones gubernamentales, nos va ganando la partida.

Fuente:

· La Jornada. Carmen Lira Saade. Año 26. Número 9193. Distrito Federal, viernes 19 de marzo de 2010.